La radio como acompañante del ciudadano
Las grandes ciudades, tan convulsionadas y siempre al vértigo del agobio y
el stress, pueden llegar a ser un oasis
para el ciudadano al escuchar su música o programa radial preferidos en un medio de comunicación de gran alcance
como lo es la Radio.
Al tratar de definir la música siempre viene a la memoria el concepto: “es
el arte de combinar los sonidos de una manera agradable al oído”. Por
consiguiente el ser humano trata de identificarse siempre con un estilo o
varios estilos de música, incluso a partir de los mismos sonidos que cada uno pueda
emitir para sanar, para arrullar e incluso para trabajar (recordemos los cantos
de trabajo). Por ello la música en una ciudad convulsa puede resultar un tema
atractivo para el público radioescucha: profesionales, estudiantes, amas de
casa, todo aquel que transite por las calles y los que lleguen a su casa y
quieran distraerse de tanto ir y venir.
Arthur Schopenhauer, citado por
DIAZ, J. (2010), expresa:
La música se ubica sola frente a
las demás artes... No expresa ninguna definitiva o particular alegría,
tristeza, angustia, horror, deleite o sensación de paz, sino alegría, tristeza,
angustia, horror, deleite o sensación de paz en sí mismas, en lo abstracto, en
su natural esencia, sin accesorios y por ello sin sus motivos usuales. Y sin
embargo nos permite aprehenderlas y compartirlas plenamente en su
quintaesencia.[1]
Así Schopenhauer nos dice que música y emoción van de la mano y se ha
demostrado desde tiempos inmemorables que son una poderosísima combinación y
sus efectos sobre las emociones, sentimientos
y estados de ánimo son verificables. Beatriz García en su ensayo “Por los caminos de la obra de arte”,
compilado por GAVLOVSKI (2006; 101), en el texto Psicoanálisis y Teatro. El
sueño que no cesa, nos refiere al respecto: “Las
certezas de la obra del arte no pueden buscarse por fuera de ella misma y de la
experiencia que propone; y ello implica la experiencia del sujeto que se
involucra tanto en su producción como en su recepción” (…)
Por lo tanto todos estos autores nos van diciendo que ese receptor se
involucra también con la obra de arte, en este caso la musical y su respuesta
va determinada por los estados de ánimo que genera.
La radio es un medio de comunicación ideal, porque la radio llega a
cualquier parte, tiene menos
limitaciones que la TV ,
su formato también está digital, y cada ciudadano puede tener desde su teléfono
móvil la opción de sintonizar la emisora de su preferencia. CEBRIAN, M. (2001)
ya lo apunta:
La radio cruza uno de los
momentos de mayor transformación técnica. Es el paso a una multiplicación de
los canales actuales y al nacimiento de otros totalmente novedosos como los de
Internet, cable, satélite y ondas terrestres. Pero la radio no se define tanto
por su técnica cuanto por sus ofertas,
por su comunicación con las audiencias.
(…) (p.28)
Nos podemos preguntar ¿Ante
tantos cambios tecnológicos y la avalancha de las Tecnologías de la Comunicación e
Información TIC`S, el usuario no preferirá otros medios, por qué insistir con
la radio?
La radio del futuro, por más
innovaciones técnicas que introduzca, seguirá basándose en la comunicación oral
con la audiencia, en la magia de la palabra, de la música, de los sonidos de
ambiente, del silencio. Es el contacto humano mediante los sonidos para
ahuyentar soledades, para acompañar, para informar, para entretener y, en suma,
para seguir manteniendo al ser humano vinculado al elemento primigenio y de
mayor riqueza a lo largo de su historia como lo es la tradición mediante la
comunicación oral; la radio se ha convertido en la amplificadora de tal
tradición y en la adaptación a las nuevas situaciones y necesidades. La radio
seguirá siendo el gran medio de la información para los asuntos imprevistos,
cataclismos, eventos deportivos, espectáculos musicales, contacto con el hombre
de la calle, con la vida cotidiana de las personas, como compañía y como
transmisora de conocimientos.. (…)CEBRIAN, M. (2001) (p.31)
El lenguaje es el pilar fundamental de la comunicación, el lenguaje es, al
decir de Ivonne Bordelois (2008) un
oráculo.
Cuando decimos amor no sospechamos la referencia básica al
amamantamiento que encierra la palabra en sus orígenes, (…) Vivimos interrelacionados
por un campo común que nos reúne: el lenguaje es el símbolo más poderoso que
emana de él y que nos conforma como cultura, pueblo, multitud o comunidad unida
por la amistad (p.5)
BIBLIOGRAFÍA
BORDELOIS, I. (2008) Etimología de las pasiones. Caracas. Editorial Monte
Ávila Editores. 130 p.
CEBRIAN, M. (2001) La radio en la convergencia
multimedia. Editorial Gedisa. Serie Multimedia. Radio. 269 p.
DIAZ, J. (2010) Música, lenguaje y
emoción: una aproximación cerebral. Documento PDF http://www.artemisaenlinea.org.mx/acervo/pdf/salud_mental/9Musicalenguaje.pdf
Visitado el jueves 4 de julio de 2013.
GAVLOVSKI, J. Compilador (2006). Psicoanálisis y Teatro. El sueño que no
cesa. Editorial Pomaire. Caracas. 222 p. Ver página 101: “Por los caminos de la
obra de arte”. Por: Beatriz García Moreno.
Próxima entrega:
Las artes como
elemento constructor de ciudades creativas.
[1] DIAZ, J. (2010) Música, lenguaje y emoción: una aproximación cerebral.
Documento PDF
http://www.artemisaenlinea.org.mx/acervo/pdf/salud_mental/9Musicalenguaje.pdf .Visitado
el jueves 4 de julio de 2013.
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